Full Throttle - Juego (PC, Macintosh)

Full Throttle
Full Throttle PC, Macintosh 1995 LucasArts EntertainmentTim SchaferLucasArts EntertainmentSCUMM
Recomendar desde Facebook Recomendar desde Twitter Enviar a meneame Enviar a meneame Compartir en Google+ Pint It Enviar a un amigoEn un futuro quizá no muy lejano, donde los coches desafían la gravedad y los helicópteros ya no funcionan con rotor, las motos siguen con rodando sobre asfalto, y están en peligro de extinción. Full Throttle es la aventura gráfica de la LucasArts que más se parece a una película de acción, con personajes muy rudos y música de los Gone Jackals. No es necesario ser aficionado a las motos ni al heavy para disfrutar del espectáculo: las dosis son las justas para todos los públicos. Conocimos a Tim Schafer en Day of the Tentacle pero aquí se estrena como diseñador en solitario, y años después llegó de su mano Grim Fandango. Su gusto por los contextos "oscuros" y el humor negro es visible y reconocible. En Full Throttle nos mete en una especie de road movie, una aventura sobre ruedas con personajes netos, carismáticos y con barbas como la lija del cuatro.

Ben es el líder de una banda de moteros itinerantes, los Polecats, espíritus libres con chupa de cuero que recorren la Highway 9 en ese futuro cercano, peligrosamente próximo a la distopía de Mad Max - Salvajes de Autopista. Un crimen que no ha cometido, las palabras antes de morir del dueño de la última fábrica de motos (la "mítica" Corley), un malvado que detener, unos colegas que rescatar y, cómo no, una chica a su medida. Maureen tiene su propia banda motera, es un genio innato de la mecánica, su voz es grave y su carácter tan firme como el de Ben. Por no hablar de un pasado interesante.

Esta aventura combina planos de juego con primeros planos y cutscenes con una agilidad increíble, sin perder el hilo, y da la oportunidad de observar de cerca a los personajes: tienen gestos propios y rasgos definidos. Además, el conjunto está rematado por un doblaje de lujo, una cuidadísima interpretación de los actores. El sonido es digital por primera vez en un juego de la Lucas: la suma de las voces, los temas de los Gone Jackals y la ya clásica tecnología iMuse, hace que la banda sonora sea tan protagonista y característica como los propios personajes.

Full Throttle es trepidante quiera el jugador o no, aunque el curso de la aventura sea único y encarrilado al servicio de la historia. Grandes momentos arcade: toca conducir la moto (y sacarla de la cuneta más o menos veces según la habilidad que tengas) para enfrentarte con moteros rivales en una mezcla de duelo de insultos a lo Monkey Island y carrera de cuadrigas de peplum. Manejar a Ben tiene su gracia y además el motor SCUMM viene adaptado a sus necesidades: en la interfaz dispones (a veces) de acciones como patear y amenazar. Pegarse de patadas desde una moto a toda velocidad, echar una puerta abajo y sacudir a gente con un tablón, son grandes novedades en una aventura gráfica. Un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer.

Siendo tan cinematográfica, a esta aventura gráfica se le suelen poner dos pegas importantes: poca dificultad y poca duración. Pegas relativas, por otro lado: depende de quién la juegue, cómo y cuándo. Siempre hay tiempo para dejarse llevar por una buena "peli interactiva", donde la gráfica es detallada y expresiva, la música motiva y se ciñe como un guante, y la historia es tan atractiva como sus personajes. Pero sobre todo, un final a lo grande, con recontrafinal y bonus tras los créditos, como en el cine. Y otro gran aliciente para los que siempre les hemos tenido ganas a los conejitos color rosa del anuncio de pilas, esas que duran y duran... no, hay que averiguarlo jugando. Son las reglas.

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