Amnesia: The Dark Descent - Juego (PC, Macintosh, Linux)

Amnesia: The Dark Descent
Amnesia: The Dark Descent AmnesiaPC, Macintosh, Linux 2010 Frictional GamesThomas Grip Jens NilssonFrictional Games, THQHPL
Recomendar desde Facebook Recomendar desde Twitter Enviar a meneame Enviar a meneame Compartir en Google+ Pint It Enviar a un amigoAmnesia: The Dark Descent salió en 2010 y reformuló el terror en el mundo del videojuego, por no hablar del género aventura gráfica, aunque lo engloba sólo en parte. Tampoco es del todo survival horror, como Silent Hill, ni un shooter tipo Doom o Quake, aunque se juega en primera persona y el ambiente macabro no tiene nada que envidiar. Podríamos llamarlo una aventura de mucho miedo. Pero mucho.

El protagonista despierta de su inconsciencia en la oscuridad, y sólo recuerda que se llama Daniel y es londinense. Está encerrado en un antiguo castillo abandonado llamado Brennenburg y corre el siglo XIX. A partir de ahí, toda la información habrá que ir recopilándola para reconstruir su historia, qué circunstancia le puso donde está, qué ocurre en el castillo. Su amnesia no es fortuita, y Daniel se ha dejado a sí mismo notas por las estancias con datos clave para avanzar. Olvidar para no enloquecer... y es que la cordura de Daniel es frágil. Es medida en una barra del inventario, al igual que la salud, y hay que conservarla a toda costa, porque perderla supone perder el control y llegar a morir. Esa cordura está a cada momento puesta a prueba y mermada por ruidos, enemigos que se acercan, voces del pasado; la oscuridad es lo que devora su salud mental y hay que mantenerla a raya con luz, luz, luz. Yesqueros, velas, antorchas, faroles, aceite. Daniel recorre el castillo a la temblorosa luz de un candil, sin armas, escondiéndose de los "monstruos" y tratando de recomponerse para vencer a un enemigo diabólico y sobrenatural. A ciegas en todos los sentidos.

La sueca Frictional Games ya se estrenó pocos años antes con sus títulos Penumbra: Overture y Penumbra: Black Plague, pero Amnesia: The Dark Descent es claramente la siguiente fase. Los desarrolladores, amantes del terror clásico, bautizaron a su motor en honor del emblemático escritor H.P. Lovecraft. Este motor rige un universo 3D no excesivamente sofisticado pero inmensamente efectivo e incluso efectista. Nunca se sacó tanto partido de unos cuantos diseños, buenos pero amortizados a base de repetirlos, ni unos polígonos en semioscuridad dieron tantos sustos.

El diseño es suficiente, pero la ambientación es en extremo hábil y remata el trabajo: meter al jugador en el castillo, quitarle la memoria y hacerle bajar al infierno a oscuras mientras su mente se tambalea (el efecto de la vista borrosa y los desmayos son MUY realistas). Puro terror psicológico, muy bien tramado y orquestado. Para ello, una banda sonora en la que no sólo han utilizado música, sino sobre todo silencio. Un silencio aplastante, que deja oír la propia respiración agitada y pone más nervioso que cualquier otra cosa. Silencio, voces inesperadas, pasos hacia ti, y alguna melodía para terminar de sumergirte en la claustrofóbica y siniestra realidad. En Amnesia: The Dark Descent se juega a Die & Learn, aunque hay cuatro momentos previos a la muerte, de manera que vas avisado. A pesar de que puedes morir (y mueres), también es asequible "volver" y vuelves al mismo punto.

Amnesia: The Dark Descent no es fácil de clasificar. Como decíamos, es un primera persona, un shooter desarmado (mejor agazaparse que correr) que funciona como una aventura gráfica mezclada con acción en cuanto a objetos y pequeños puzles, pero un survival horror en lo que se refiere a ambiente y temática. No es para todos los públicos, por varias y evidentes razones. Un amante del terror que también ame las aventuras gráficas es el perfil ideal para sacarle todo el partido a Amnesia, el Alone in the Dark del s.XXI...

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