En nuestra cultura, los muertos son fantasmas, zombies o ausencias, se les teme o se les ignora, porque nuestro miedo a la muerte es insuperable. En la cultura mejicana, sin embargo, sus muertitos tienen una tremenda importancia, se les respeta y rinde homenaje y su presencia es constante en el dÃa a dÃa. En este contexto, es posible tramar un argumento con muertos muy vivos en esa otra dimensión, la que nos espera a todos. Por eso los personajes son calacas, esqueletos, dibujados en ese estilo tÃpico del folklore mejicano.
Esta aventura gráfica transcurre en la Tierra de los Muertos, que es donde La Parca (The Grim Reaper) lleva el alma al morir el cuerpo. La primera sorpresa es que aparece en un despacho estilo art decó años 30. La Muerte pliega su guadaña, se quita la capucha y... es un señor muy amable llamado Manny Calavera, elegantemente trajeado: el agente que se va a encargar de gestionar el viaje del muerto hasta la entrada al Noveno Mundo, el Descanso Final. Según se haya portado en la vida terrestre, asà será el viaje: si ha sido bueno, le corresponde un ticket dorado para el tren Número Nueve, que llega en cuatro minutos; a los malos les toca bastón-brújula para hacer el camino a patita, en lo cual se tarda cuatro años. Y en cuatro años se divide la gran historia que Grim Fandango nos cuenta sobre tráfico de tickets oro, estafas, secuestros y asesinatos.